viernes, 24 de octubre de 2014

A mi manera: El día que nos encontremos

El día que nos encontremos...
Se paralizará el mundo.
Habrá erupciones y terremotos.
Aumentará el magnetismo terrestre.
Se fundirán nuestras pupilas, derretidas en el iris del otro.

Angel F. García 
Octubre 2014

miércoles, 22 de octubre de 2014

A mi manera: Volar

Volar es sentir el aire en el rostro
mientras el mundo se desliza
allá abajo.

Volar es galopar entre las nubes
dibujando estrellas
en el corazón.

Volar es construir un tobogán 
en un arco iris cuando cae una lluvia
de lágrimas.

Volar es conquistar un imperio
de sonrisas armado
de una mirada.

Volar es sentir calor en medio
de los hielos más fríos 
de un enojo.

Volar es abrir los brazos al viento
y rodearse de un ejército 
de suspiros.

Volar es conjugar el verbo amar
y recitar el subjuntivo
en presente.

Volar es aferrar las velas del alma
en medio de una tormenta 
de desamor.

Volar es soportar el dolor de los golpes
que el destino arroja sobre
la esperanza.

Volar es sentir el aire en el rostro
mientras el mundo se desliza
allá abajo.

Angel F. García 
Octubre 2014

martes, 21 de octubre de 2014

A mi manera: Anochecer

Viene el ocaso y las nubes
buscan su cama de plata.
Las aristas de la sierra 
cortan la tarde escarlata.

Como un gemido postrero,
de entre las peñas destacan 
brillantes haces de luz
que mortecinos acaban.

En batalla con las sombras,
llanos, montes y quebradas
van doblando la rodilla
ante la noche cerrada.

Bajo el influjo del sueño
se diluyen en la nada
mientras esperan, ansiosos,
que llegue la madrugada.

Angel F. García 
Septiembre/Octubre 2014

lunes, 20 de octubre de 2014

A mi manera: Arde

Arde.
Se consume en la hoguera
mientras ígneas estrellas
se elevan hacia el oscuro
firmamento
de mi noche de invierno.

Arde.
Crepita y sisea.
Huye contoneándose hacia la nada
en volutas de humo gris y blanco
a la par que muestra el corazón,
hendido por el hierro,
esparcido por el suelo del hogar.

Arde.
Y su calor funde el hielo
de mi sangre.
Arde.
Y su calor traspasa las corazas
de la piel.

Arde.
Siento que arde y me consume.
Arde.
Lamento ser poco más
que el humo de la hoguera.

Arde.
Bajo las frías cenizas
se escucha un leve latido;
algo muerto, ennegrecido,
esconde entre sus miserias
un corazón encendido.

Arde.
A pesar de todo, arde.

Angel F. García
Octubre 2014