El pájaro azul de la felicidad
bebe en la fuente del placer.
A través del espejo un ángel
respira hondo y sonríe.
Una rosa sin espinas
cubría la noche hermosa
de un rumor leve de alas
batidas de mariposa.
Rasgó la sombra una mano
y el fuego ardía en ella,
no había llamas, no había humo,
tan solo polvo de estrellas.
El ángel azul perdió sus alas...
Angel F. García
Noviembre 2014