UNA VIDA EN LA MIRADA
Reposa la mano inquieta
en la curva repulida
de aquella garrota vieja.
El tibio abrazo del sol
acaricia, fiel, la pana
gastada y ya con remiendos;
la boina negra calada,
la colilla entre los dedos
y una silla de espadaña
viendo pasar el tiempo.
De esparto las alpargatas,
en el bolsillo un chisquero,
la barba mal rasurada,
rostro añoso y macilento,
una vida en la mirada
y de un niño los recuerdos.
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